La boca que me habla

...

No puedo hablar, menos gritar, por lo que intento escribir.
Sin embargo, no encuentro mis palabras. Debés ser vos, mi eterna "censura", quien las oculta debajo de las uñas pintadas.

Sé que no sos tímida, sino arrogante, por lo que no camines en puntas de pie. Ahora que me has hecho el honor de dejarme mostrar tu nombre, te voy a dedicar un par de párrafos, te voy a ser sincera por primera vez desde que te conozco.
Sí, quiero hablar de vos, mi queridísima Censura. Y para que nuestra relación en este espacio virtual no se vuelva una guerra sangrienta, te demuestro mi respeto quitando las comillas y otorgándote el don de la mayúscula.
¡No te ofendas por las ironías, vieja hipócrita¡ Que al fin y al cabo fuiste vos quien me las enseñó. Mejor dicho, quien me ha obligado a usarlas durante estos casi 25 años de irreal casi insana cordura.
Si fuera por mí, hubiera preferido tener un lenguaje más llano, con menos árboles para esconder las piedras del camino. No estoy queriendo decir que mi lenguaje florido no sea de mi agrado, por el contrario, de alguna forma lo distingue de otros que hemos tenido el placer de leer juntas. Pero en el quehacer de nuestra rutina diaria se vuelve un poco agotador el tener que dar tantos rodeos, el tener que inventar tantas analogías, para no decir lo que quiero decir, sino dejarlo entrever y que ¿Nadie? lo pueda interpretar.
¿No te das cuenta de que me obligás a callar lo más importante de nuestras vidas? Condenada solterona, dejame al menos un espacio – ¡Este espacio!- para desplegar mis sentimientos sin tener que andar preguntándote cuanto más puedo demostrar. Pareces celosa del amor que no podés sentir, infeliz vieja amargada.
¿No te sentías ignorada? Tantos años estuviste tapándome la boca, que me sorprende no te preguntarás por qué no intentaba hablarte. Estoy segura de que siendo más chica he intentado morderte, aunque hoy pienso que ni siquiera con un beso hubiera podido doblegar tus fuerzas.
¿Qué es a lo que le tenés tanto miedo? ¿Si lo escribo entre signos le duele menos a tu orgullo verlo escrito? Ya que no le dejás a mi boca decirlo, al menos deberías aceptar que mis manos te están ganando una batalla.

Sí, de alguna forma yo también te entiendo. Ninguna de las dos nacimos de un repollo. Por supuesto que me puedo acordar cómo aprendimos juntas a cuidarnos de las lastimaduras que pueden hacer los otros cuando intentamos decirles los que sentimos. Esos extraños – no tan extraños- que amamos y merodean por allá afuera. O acá adentro. Todos ellos. Ellos. Él…
¡No me robes las palabras, que todavía no empecé a decir eso para lo que me senté en esta silla! Vos podés vivir toda tu vida ofuscada, encerrada en tu melancolía y demostrando no querer ver el afuera para que no te muevan un pelo de tu seguridad de papel. Pero yo no. ¡Yo no!
Yo quiero sentir la magia en el aire que me rodea. Yo quiero disfrutar de los rayos del sol que acarician mi cara cuando sonrío a la mañana. ¡Quiero salir a mi balcón, ver lo loco que es el mundo y reírme a carcajadas de aquel ridículo audaz que alega entenderlo!
Yo disfruto de lo inconmensurable. De descubrir que el mundo está ahí afuera para que lo respiremos. Amo perderme en los laberintos que se dibujan al abrir la puerta de mi casa e intentar mantener una rutina. Necesito sentir todas las pasiones que se ahogan en mi panza cuando las casualidades se juntan en la punta de una lapicera.
Pero lo mejor de todo, y no te queda otra opción más que reconocerlo y aceptarlo, es que disfruto diciéndolo. ¡Amo esta vida, y amo vivirla! ¡Amo al mundo, y amo mi vida en el mundo!

Pobre Censura, estás callada. ¿No te gustaría al menos poder reconocer de dónde saqué la fuerza para burlarte? Es que te quedaste sentada mientras las palabras invadían tu territorio. Y yo encontré la paz de las palabras, que me alimentan como un torrente de sabiduría que hace que el caos sea infinitamente hermoso.
Palabras, ¡Qué bellas palabras! Palabras llenas, palabras embebidas de contenidos mágicos y eternos. Palabras reales, palabras que dicen en mis oídos las cosas más dulces que nunca ni mi irreal fantasía podría siquiera haber imaginado.
¡Amo las palabras!

No creo que debas enojarte así conmigo, ya que sólo estoy actuando de mensajera. Deberías agradecerme y dedicarte a buscar aquella boca caritativa que se ha comprometido a enseñarme el amor escondido en el arte de las palabras.
¿Y sabés algo más, mi pobre amiga abandonada? Quizás el dueño de esa boca también pueda darte un poco de esta magia, para enseñarle a tu triste corazón a amar.

Gwen*
15/12/2008, 00.04 a.m., antes de sentarme a estudiar Personalidad.

4 comentarios:

  1. Palabras.
    Palabras vacias.
    Solo voces como ecos.
    Palabras que nombran.
    Qué?
    Ideas.
    Conceptos.
    Pensamientos.
    Cosas.
    O nada.

    Censura, silencias la palabra.
    shhhhh

    Silencias sentidos.
    Significados.

    Y cuantas significación que rebalsa los recursos del lenguaje.
    De la cultura.
    Cuantos latidos de corazón reprimidos.

    Cúmulo de palabras inexistentes que buscan expresión en el sonido de tu voz.

    Y dice una canción de Dalila
    "Paroles, Paroles, Paroles, Paroles, Paroles, toujours des Paroles"

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  2. Cuando definieron al lenguaje como estructura simbólica, permitieron explicar cómo nos sirve como herramienta para construir la realidad allá fuera. Realidad Subjetiva.. Increible.
    Cuando le agregaron que lo aprendemos a partir de la socialización, me dejaron entender por qué "somos" la cultura en la que nacimos. (Somos nuestros vínculos, nuestros ideales, nuestros valores, nuestras representaciones). Realidad Intersubjetiva..Espectacular.
    Son fascinantes los caminos de la ciencias del lenguaje...
    ¿Pero que pasa con todo eso que no se puede decir, que no se puede expresar, que los simbolos dejan por fuera? Mi cabeza toma esos simbolos, infinidad de ellos, y parece explotar.
    Y sin embargo, hay algo que no me deja decir, que busca diferentes lenguajes e igualmente hace todo quede dentro mio.

    "Censura"..¿El no-lenguaje de mi cabeza? Quizas tambien sea subjetivo, son simbolos para no construir, para no compartir significados.

    ¿Peleamos juntos contra las costuras que no dejan volar a nuestras ideas?

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  3. yo lo pensaba más desde las palabras calladas que se vuelven gestos, miradas, signifidos para un otro que aunque calles te posee inevitablemente. Pero tu camino tb me gusta;)

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